Fact or Fiction? Understanding the Relationship Between Breastfeeding and Oral Health

¿Realidad o ficción? Entendiendo la relación entre la lactancia materna y la salud bucal

Alexiyah Coughlin, BSN, RN, IBCLC

La lactancia materna ha sido una fuente primaria de nutrición para neonatos, bebés, niños pequeños e incluso niños en edad escolar temprana durante muchas décadas. De hecho, no fue hasta 1865 cuando la primera fórmula comercial de leche de vaca se comercializó. No fue hasta las décadas de 1940 y 1950 cuando la fórmula se reconoció como un sustituto seguro para la nutrición infantil. Finalmente, en la década de 1960, se produjo un marcado descenso en la tasa de lactancia materna, inversamente proporcional a la creciente popularidad de la fórmula. En aquel entonces, la fórmula era barata y se consideraba óptima. Finalmente, comenzamos a ver un regreso a la lactancia materna con una gran cantidad de estudios que respaldaban sus beneficios. Hoy en día, las familias pueden tomar decisiones informadas sobre cómo alimentar a sus bebés. Esto conlleva numerosas fuentes de información que pueden influir en su decisión: información de su médico, el pediatra, su asesora de lactancia, su abuela, su suegra, y la lista continúa. ¡No es de extrañar que te preguntes en qué información puedes confiar! Con motivo del Día de la Salud Bucal 2024, analicemos las 5 principales verdades y mitos sobre la lactancia materna y la salud bucodental.

  1. ¿La lactancia materna causa caries? ¡FICCIÓN! Esto ha dado lugar a multitud de prácticas que han incluido recomendaciones para limpiar las encías del bebé después de las sesiones de lactancia e incluso evitar la lactancia nocturna. El mito es que la acumulación de leche materna, que contiene azúcar, alimenta las bacterias específicas que causan las caries dentales. Sabemos que la caries dental es consecuencia de la interacción bacteriana con un entorno, especialmente ciertos azúcares. Estudios recientes han demostrado que la leche materna en realidad contiene lactoferrina, conocida por matar el estreptococo mutans (acreditado como la principal bacteria responsable de la caries dental). También sabemos que los niños amamantados son más propensos a estar expuestos a esta bacteria específica por otros medios a través de sus cuidadores, como al compartir cubiertos o a través de otros niños al compartir artículos como biberones o chupetes. Curiosamente, también hay investigaciones que atribuyen la inmunidad infantil a la exposición a anticuerpos en la leche de madres con antecedentes de estreptococo mutans. En general, es mucho más probable que la predisposición genética contribuya a la caries dental temprana, mientras que nuevas investigaciones han respaldado que las bacterias bucales probablemente sean compensadas por los anticuerpos en la leche materna.
  2. ¿La lactancia materna causa dientes torcidos? ¡FICCIÓN! Se afirma que la lactancia materna después de la erupción dental tiene un impacto negativo en la anatomía oral. Esto sirve de base para recomendar suspender la lactancia materna una vez que el bebé comienza a dentición. Afortunadamente, sabemos que, al ser un tejido blando, la mama se adapta a la boca del bebé y que la lactancia materna fomenta un paladar amplio y los movimientos naturales de la lengua, la mandíbula y las estructuras circundantes. A su vez, estos efectos positivos fortalecen la boca y promueven un paladar más sano y amplio, permitiendo un amplio espacio para la erupción de los dientes de leche.
  3. ¿El uso de chupetes y biberones puede cambiar la boca del bebé? ¡Realidad! Contrariamente al mito anterior, las tetinas postizas pueden alterar por completo la forma y la función bucal. Existe mucha controversia en torno al uso de estas herramientas. En general, la moderación es clave. Hay estudios que muestran una disminución significativa del SMSL con el uso de chupetes nocturnos, lo que a menudo fomenta su uso. Y, por supuesto, los biberones tienden a ser una herramienta necesaria, incluso para los bebés lactantes. Idealmente, su uso es con moderación. Se ha demostrado que el uso prolongado contribuye al paladar alto, la lactancia materna disfuncional, la sobremordida y la mala presentación de la dentición. Idealmente, los bebés pueden hacer la transición alrededor de los 6 meses a vasos sin boquilla como alternativa a los biberones, y dejar de usar chupetes entre los 6 y los 9 meses de edad.
  4. ¿Es peligroso para las mujeres embarazadas o en período de lactancia ir al dentista? ¡FICCIÓN! Los dentistas y obstetras nos lo agradecerán: es IMPORTANTE acudir al dentista durante el embarazo o la lactancia, y la mayoría de los tratamientos son completamente seguros para ambos grupos. Las emergencias dentales sin tratamiento pueden tener consecuencias peligrosas. Solo hay algunas excepciones. Las radiografías, como las radiografías o las imágenes panorámicas, generalmente se desaconsejan durante el embarazo. Si bien la mayoría de los antibióticos son seguros durante la lactancia, hay ciertos antibióticos que no son seguros para una persona embarazada. Colabore con su dentista y su médico de cabecera para confirmar la seguridad de tratamientos específicos.
  5. ¿Son normales los frenillos linguales? ¡REALIDAD… Y FICCIÓN! Posiblemente uno de los temas más controvertidos en la salud bucal y la lactancia: los tejidos orales anclados. Frecuentemente un tema de debate entre pediatras y profesionales de la lactancia, los frenillos orales son un tema candente en los últimos tiempos. Lo cierto es que ambas partes tienen (en parte) razón. Los frenillos (plural de frenillo) son las estructuras que anclan diversas estructuras orales a la boca. En realidad, hay siete frenillos en la boca: uno que conecta la lengua con el suelo de la boca (el más común), dos que conectan los labios con las encías y cuatro que conectan las mejillas con las encías. Si bien los frenillos son una parte normal de la anatomía humana, su mera presencia no es preocupante para las parejas lactantes. Sin embargo, cuando estas estructuras están tensas o restringidas, pueden afectar la función bucal y la capacidad del bebé para mamar, lo que da origen a los términos "frenillo lingual" o "frenillo labial". A veces, los bebés aprenden a compensar estas restricciones, especialmente en padres con abundante leche materna o con sobreproducción. Estos bebés pueden parecer mamar bien a simple vista, pero incluso la compensación es disfuncional, lo que a menudo conlleva consecuencias como una disminución gradual del suministro, transferencia ineficiente, escaso aumento de peso, bebés con cólicos (problemas estomacales, irritabilidad), molestias, daño en el pezón, mastitis recurrente, etc. Es fundamental trabajar con un IBCLC capacitado específicamente en el reconocimiento de la función oral. La liberación exitosa de estos tejidos requiere apoyo multidireccional, que incluye lactancia, trabajo corporal y un proveedor de liberación especialmente capacitado.

La leche materna es una fuente natural de nutrición con numerosos beneficios tanto para los padres como para los bebés. Desmentir estos y otros mitos sobre la lactancia materna y la función bucal es fundamental para confirmar que la lactancia materna es una simbiosis con la salud bucal.

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