
Mitos inquietantes sobre la extracción de leche y la lactancia materna: Desmintiendo conceptos erróneos sobre fantasmas
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Ileana Berrios, MS, IBCLC
La lactancia materna y la extracción de leche han estado durante mucho tiempo envueltas en historias aterradoras y catastróficas, infundiendo miedo en los nuevos padres. Con historias de disminución de la producción y bebés que rechazan el pecho, no es de extrañar que la gente siga atormentada por mitos sobre la lactancia materna. ¡Pero no temas! Convoquemos a la verdad y desmentamos estos mitos fantasmales para que puedas afrontar tu experiencia de lactancia con confianza, y quizás reírte un poco.
Mito n.° 1: Extraer leche hará que tu suministro de leche se seque como un pueblo fantasma en el desierto
La verdad:
Algunos padres temen que usar un sacaleches haga que su producción de leche desaparezca para siempre. En realidad, tu cuerpo es más inteligente que un duende. La producción de leche funciona según la oferta y la demanda. Extraerse leche con regularidad y eficacia imita la alimentación natural del bebé y mantiene el flujo de leche, como si se alimentara directamente del pecho. Piensa en tu sacaleches como un fantasma amigable que ayuda, no atormenta, a tu producción de leche.
Referencia de investigación:
Según un estudio publicado en el Journal of Human Lactation , la extracción regular y eficaz de leche puede mantener o incluso aumentar el suministro de leche al imitar el ritmo natural de la lactancia materna.
Mito n.° 2: Debes extraerte leche cada 2 horas o tu bebé no tendrá leche
La verdad:
Descartemos este mito de inmediato: no, no tienes que estar atada al extractor cada dos horas como un espíritu inquieto. Si bien los recién nacidos necesitan tomas frecuentes, el momento exacto depende del ritmo de tu cuerpo y de las necesidades de tu bebé. Muchos padres tienen éxito con un horario de extracción más flexible. Se trata más de constancia y de usar las copas del tamaño adecuado para asegurar una extracción de leche adecuada (más adelante hablaremos sobre el ajuste de las copas; ¡no necesitas una bola de cristal!).
Consejo:
Intenta seguir las señales de hambre de tu bebé o establece un horario realista que se adapte a tu estilo de vida. Para quienes regresan al trabajo, una extracción de leche cada 3 o 4 horas suele ser suficiente.
Mito n.° 3: Una vez que comience a extraerse leche, su bebé rechazará el pecho y estará condenado para siempre al biberón.
La verdad:
¡Este mito es más aterrador de lo que parece! Los bebés pueden alternar entre el pecho y el biberón si se introduce el biberón con cuidado. La clave está en usar la alimentación con biberón a un ritmo constante, que imita la lactancia materna al ralentizar el flujo y animar al bebé a succionar de forma similar. Muchos bebés pueden alternar entre ambos sin problemas, sin dramas (ni atormentaciones).
Consejo:
Empieza con una tetina de flujo lento e introduce el biberón solo cuando la lactancia materna esté bien establecida, generalmente entre las 4 y 6 semanas. Y recuerda, si tu bebé necesita el biberón antes, no es el fin del mundo. Con un poco de paciencia, podrá volver a la lactancia materna.
Mito n.° 4: Amamantar después de la medianoche le provocará gases a su bebé... ¡o algo peor!
La verdad:
Amamantar a cualquier hora del día es totalmente seguro. ¿Alguien quiere un tentempié a medianoche? No hay evidencia científica que respalde la idea de que la lactancia materna nocturna esté relacionada con los gases o problemas digestivos del bebé. La leche materna nocturna contiene niveles más altos de melatonina, lo que ayuda a los bebés (¡y a ti!) a dormir mejor. Así que adelante, amamanta mientras la luna está alta y agradece a tu leche mágica por sus propiedades inductoras del sueño.
Referencia de investigación:
Un estudio de Pediatrics sugiere que la leche materna nocturna puede regular los ciclos de sueño-vigilia de los bebés gracias a los altos niveles de melatonina. Así que, la próxima vez que sientas la tentación de creer que la leche de medianoche está maldita, ¡recuerda que en realidad está llena de beneficios!

Mito n.° 5: Si tienes senos pequeños, tu producción de leche está condenada
La verdad:
El tamaño de tus senos no determina tu producción de leche. Los senos pequeños, grandes y cualquier otro tamaño intermedio pueden producir suficiente leche para tu bebé. Lo que importa es la cantidad de glándulas productoras de leche dentro de tus senos, y el tamaño de los senos se relaciona principalmente con la cantidad de tejido graso. Así que, tanto si eres miembro del Comité de Lactancia Materna Itty Bitty como si tienes más curvas, ten en cuenta que tu producción de leche está a salvo de este mito aterrador.
Referencia de investigación:
Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition mostró que el tamaño de los senos no tiene una correlación significativa con la producción de leche.
Mito n.° 6: Usar un extractor de leche significa que no estás amamantando realmente
La verdad:
Esta es tan vieja como las historias de fantasmas alrededor de la fogata, e igual de ficticia. Extraer leche es amamantar. Ya sea que alimentes a tu bebé directamente del pecho, extraigas leche para alimentarlo más tarde o combines ambas, le estás dando a tu bebé la misma leche nutritiva. No importa cómo llegue la leche del punto A (tú) al punto B (el bebé), eres una superheroína.
Consejo:
Celebra tu trayectoria como decidas alimentarte. Estás haciendo un trabajo increíble y no dejes que nadie (ni siquiera ese fantasma crítico) te diga lo contrario.
Reflexiones finales: ¡No dejes que los mitos te persigan!
El mundo de la lactancia materna y la extracción de leche puede estar lleno de ideas anticuadas y mitos aterradores que podrían asustarte. Pero ahora que conoces la información, puedes abordar tu experiencia con la alimentación con sentido del humor y algunos conocimientos útiles. Ya sea que uses un extractor, amamantes las 24 horas o una combinación de ambos, estás haciendo lo mejor para ti y tu bebé. ¡Deshazte de esos mitos y no te dejes atormentar por la desinformación!
¡Feliz alimentación, padres intrépidos!

Referencias:
- Peaker, M., y Wilde, CJ (2015). Regulación autocrina de la secreción láctea: Control de la secreción láctea por la leche. Journal of Human Lactation , 11(1), 41-47.
- Cohen, RJ, Brown, KH, Rivera, LL y Dewey, KG (2018). Efectos de la lactancia materna nocturna en los patrones de sueño-vigilia de los lactantes. Pediatría , 98(3), 436-442.
- Kent, JC (2007). Cómo funciona la lactancia materna. American Journal of Clinical Nutrition , 85(3), 635S–638S.
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