
Nuevas directrices de la AAP sobre el frenillo lingual y su impacto en las madres lactantes
Compartir
La Academia Americana de Pediatría (AAP) publicó recientemente nuevas directrices sobre el tratamiento de la anquiloglosia (frenillo lingual) en bebés. La anquiloglosia se produce cuando el tejido (frenillo) que conecta la lengua con la base de la boca está demasiado tenso o corto, lo que restringe el movimiento. Esta afección puede afectar negativamente la lactancia materna, dificultando que los bebés se agarren al pecho y transfieran la leche de forma eficiente.
Sin embargo, las nuevas directrices de la AAP han suscitado inquietud en la comunidad de lactancia materna, en particular entre los consultores de lactancia y profesionales de la salud como el Dr. Bobby Ghaheri y el Dr. Jack Newman, expertos en anquiloglosia y lactancia materna. Estas directrices enfatizan un enfoque más conservador, recomendando que los profesionales de la salud retrasen las intervenciones quirúrgicas como las frenotomías (liberación de la anquiloglosia) en muchos casos, lo que sugiere que la anquiloglosia no siempre interfiere con la lactancia materna.
Las nuevas recomendaciones de la AAP sugieren que muchos bebés con frenillo lingual podrían amamantar sin intervención quirúrgica, lo que podría minimizar los importantes desafíos que enfrentan muchas madres. Consultores de lactancia y médicos, incluido el Dr. Bobby Ghaheri , han expresado su preocupación de que este enfoque pase por alto las verdaderas dificultades de las madres lactantes que experimentan frenillo lingual. El frenillo lingual puede causar dolor durante la lactancia, mala transferencia de leche y provocar un destete prematuro si no se trata a tiempo.
El Dr. Bobby Ghaheri, reconocido defensor de la lactancia materna y la salud bucal infantil, cree que las nuevas directrices no son útiles ni para las madres ni para los especialistas en lactancia. Argumenta que la anquiloglosia puede dificultar gravemente el éxito de la lactancia, y que retrasar el tratamiento, como recomienda la AAP, puede provocar dificultades persistentes en la alimentación. Según el Dr. Ghaheri, el diagnóstico y la intervención tempranos pueden mejorar significativamente los resultados de la lactancia, previniendo el impacto físico y emocional que conllevan las dificultades prolongadas de la lactancia.
Cómo afecta esto a las madres que amamantan
Para muchas madres, la anquiloglosia puede ser una fuente de gran frustración y dolor. Los bebés con anquiloglosia pueden tener dificultades para agarrarse correctamente, lo que provoca dolor en los pezones, una ingesta insuficiente de leche y un aumento de peso más lento. Las madres pueden experimentar un exceso o una escasez de leche, lo que complica aún más la lactancia.
La recomendación de la AAP de retrasar la intervención podría hacer que las madres se sientan ignoradas, especialmente aquellas que saben que algo anda mal, pero a quienes se les aconseja esperar. Esto puede generar más estrés, culpa e incluso la interrupción prematura de la lactancia, algo que los especialistas en lactancia se esfuerzan por prevenir.
Si bien las nuevas directrices de la AAP buscan reducir los procedimientos quirúrgicos innecesarios, expertos como el Dr. Ghaheri argumentan que pasan por alto los importantes desafíos que la anquiloglosia puede representar para las madres lactantes. La intervención oportuna y el apoyo de consultores de lactancia capacitados son cruciales para garantizar que las madres puedan amamantar con éxito sin dolor ni frustración innecesarios. Si sospecha que su bebé puede tener anquiloglosia, es importante buscar una segunda opinión de un especialista con amplia experiencia tanto en lactancia materna como en el manejo de la anquiloglosia.